"La calma es oro": Decálogo para desacelerar.


Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad que olvidamos lo único importante: vivir. (R. Stevenson)


1. Cambia el reloj por la brújula. ¿Qué quieres? ¿Qué pretendes realizar con tu vida? ¿Cuáles son tus valores? Ningún viento es favorable para el hombre que no sabe a dónde va. Séneca.
2. Convertirse en protagonista. No ser víctimas, sino responsables de nuestros actos, dejar de echarle la culpa a alguien y tomar las riendas de la propia existencia. Hay personas que "ven la vida pasar" y personas que se implican y "hacen que pasen cosas en la vida".
3. Aprender a conocerse: Fortalezas y debilidades. Perder el miedo a saber quiénes somos, a encontrar vaya usted a saber qué, si miramos dentro. Tenemos que pasar la vida con nosotros mismos, así que...
4. Saber priorizar: Jerarquía de valores. Sólo el necio confunde valor y precio (A. Machado)
Hay un proverbio árabe que dice: Quien quiere hacer algo encuentra un medio. Quien no quiere hacer nada encuentra una excusa.
5. Saborear el presente: "Carpe diem". Dejar de funcionar con el síndrome de la felicidad aplazada. El tiempo y la marea no esperan a nadie. Proverbio zen.
6. Saber "perder el tiempo": Ganar calidad de vida. Tres frases:
Time is money. B. Franklin.
Una taza es útil por estar vacía. Proverbio zen.
El campo que descansó es aquel que da la cosecha más abundante. Ovidio.
7. Darle tiempo al tiempo: la creatividad necesita tiempo. Los sabios suelen pecar de lentos, pues una mirada atenta obliga a detenerse. Baltasar Gracián.
Darle sitio a la intuición...
8. Saber simplificar: soltar lastre. De los dos: físico y psicológico. Acumular objetos, cambiarlos sin necesidad, miedos, culpas, frustraciones, etc.
9. Saber ser paciente y perseverante: ser proactivo y no reactivo. Organizarse, prever las situaciones, decir no y poner límites. Madurar significa planificar, plantearse objetivos y poner los medios para conseguirlos poco a poco. Vivimos en una sociedad "adolescente" en la que se evita el compromiso y el sacrificio.
10. Saber vivir: ser positivo y tener sentido del humor. El interés principal del hombre no es tanto encontrar el placer o evitar el dolor, sino encontrarle un sentido a la vida. Viktor Frankl.
Bienaventurados los que se ríen de sí mismos porque nunca les faltará un motivo del que reírse (A. Rodríguez)

Fuente: Fundación Loyola. José Luis Trechera. Psicólogo. Profesor de ETEA (Córdoba)

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